El pasado 28 de octubre, la clase de teatro fue poseída por una "bruja piruja" muy fea y un "vampiro pirulo" muy atractivo. La clase de música se convirtió en un cementerio oscuro, donde únicamente brillaban las velas colocadas a los muertos, los ojos de la bruja y los colmillos del vampiro. Uno a uno, los niños y niñas del grupo de teatro se fueron transformando en zombis, vampiros, brujas y pequeños demonios,a aunque alguno ya venia de casa así.
Como manda la tradición se escucho el embrujo de la bruja piruja y después, a la luz de las velas y de los colmillos del vampiro que buscaba un cuello, se comenzo a contar historias de miedo,algunas de ellas que nos hicieron estremecer de terror. Después, los padres y madres al buscar a sus hijos, vieron que éstos se habían convertido en pequeñas mostruitos y se acordaron, de no se quien, a la hora de quitarles la pintura de la cara y de escucharles por la noche, cuando asustados por la clase, les llamen.
Fue una tarde terroríficaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!
